Optimismo.

Se acerca la época más festiva del año… la época en la que no importan las creencias religiosas, las tendencias políticas o la etnia para compartir con todos los que te rodean; la época en la que todos los problemas se dejan atrás y se superan con la ayuda de una amiguito que es quemado en el final del año… quemando con él los buenos y malos momentos, las cosas perdidas y las ganadas, los nuevos amigos y los que se despidieron, así como los amores que te dejaron una herida con su partida y los que siguen a tu lado dándote fuerzas para continuar… y todo este ritual se hace con el único objetivo de encarar un nuevo año lleno de esperanza, optimismo y ganas de seguir adelante; poniéndote en frente de ti mismo y diciéndote: “este año voy a superarme”, pero no solo con decirlo, sino con el compromiso de hacerlo, ya que hay 365 días a la espera de ese cambio que tú mismo te has propuesto. Pero no te preocupes, esos 365 días no vendrán solos, pues traerán nuevas personas que entrarán en tu vida, nuevas emociones para sentir, nuevas experiencias que tener, nuevos obstáculos que superar, nuevos lugares que visitar y muchas otras cosas de las cuales no tienes idea que van a suceder.

Y son todas esas cosas que te depara el futuro, las que te ayudaran a convertirte en mejor de lo que eres; así caigas en el proceso, no importa, no te rindas, porque lo importante no es llegar rápido a la meta, sino saber llegar a ella. Atravesando el camino de la mejor manera posible, sin hacer daño a los demás, ya que una de las tantas cosas que te enseñara la vida en este nuevo año, yo te la voy a decir ahora: “Tu mismo te labras tu propio destino, tu recibes lo que das y recoges lo que siembras; Dios no castiga, la vida misma te cobrara todas las faltas que cometas a tus semejantes.” Me despido con un pequeño consejo: “en tu paso por este mundo, trata de comportarte lo mejor posible y según lo que dicte tu conciencia y tu razón, y no te preocupes si no sabes si lo que haces es bueno o es malo, el tiempo es el único encargado de darte la razón o quitártela.”

Gracias por tu atención.

El bobo y el psicópata...

Lo triste de los primeros días de trabajo es darte cuenta que las prisiones siguen siendo prisiones. Al final lo que te aburría no era el sueldo de tu anterior trabajo, tampoco los compañeros, ni tus labores. Lo que aburre es la falta de imaginación y el cegamiento a la creatividad al que te someten las empresas. También aburre que toda la gente sea igual; que en las organizaciones a todos les guste bailar, celebrar cumpleaños y comer banano con la sopa.

En mi nuevo trabajo no dejan cambiar el fondo de escritorio de los computadores, tienen bloqueados los puertos USB, todos subimos a almorzar a una hora concreta y bajamos como autómatas; eso sí, a diferencia de una cárcel: nos pagan. Todas las ideas que pueda tener una persona, fallecerán ante ese aburrido y cansino wallpaper blanco con un logo azul.  Las empresas son como pequeños ejércitos.

En toda empresa hay un bobo y un psicópata. Siempre esta aquel que usted se pregunta cómo llego a esa posición; también está el que no respeta a nadie, y le hace a uno preguntarse si en la empresa no funciona eso de los recursos humanos. Lo más amargo del mundo laboral es que un día comprendes que para escalar dentro de la organización, tienes que ser un hijo de puta. Escoges entre vender tu alma y podrir la del prójimo, o vivir pobre, subyugado y con la consciencia tranquila. Alma o libertad.

No logramos salir de los moldes, de lo anticuado, de las costumbres añejas. Mientras en California se celebran reuniones de trabajo en sandalias, acá nos parece un crimen ir a trabajar en jean. Ellos tienen horarios flexibles; nosotros trabajamos más horas, madrugamos y nos vamos tarde y aún así producimos menos. El punto es que ellos estimulan la creatividad, la pasión por lo nuevo, por la innovación. Nosotros buscamos la obediencia y el servilismo.

Ha sido una semana no grata para la historia de la humanidad: se daño Cuevana, en el trabajo me califican un informe como en la universidad, ah y también se habrá muerto alguien y seguro hubo inundaciones por el invierno. Dios solo te pido que me lleves a mí, pero no te lleves a Cuevana.

Estamos aqui nuevamente!!

Despues de una larga temporada de inactividad, Palabras Colectivas a vuelto con una nueva imagen y esperamos que sea de su agrado.

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