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lunes, 19 de diciembre de 2011

Odios



Odio madrugar, encerrarme en una oficina, no ver el cielo tan abiertamente azul porque le puse precio. Odio la gente con poder que abusa de su autoridad. Que es casi toda. Odio odiar. No soporto la cumbia que coloca Avianca al comenzar los vuelos, ni los videos de Colombia Travel. Detesto que el único trabajo que me parecía útil de las auxiliares de vuelo (la mímica de seguridad) ahora lo haga un video animado. Condeno que algunas de ellas se crean mejores de lo que son: unas empleadas de servicio en un avión. No tengo nada contra las empleadas de servicio, ellas sí, por eso se creen mejores.

No me gusta la cebolla, excepto en las comidas rápidas o en aritos fritos. Si encuentro un trozo de cebolla en el arroz lo dejo todo. Odio la gente que viaja en primera clase entre ciudades principales en avión; pagan más de un sueldo mínimo por viajar veinte minutos. Solo un hombre deleznable o acomplejado puede pagar tanto para no mezclarse con la gente común menos de una hora. Odio la palabra VIP, porque es una mentira, si compras una boleta VIP para un evento no eres tan importante, después de todo, adelante están los de platino y palcos. También la odio porque discrimina por la capacidad adquisitiva como la primera clase en los aviones. La posición en los eventos debería ser de acuerdo al orden de llegada.

Aborrezco el ridículo exceso de seguridad en los aeropuertos, que crean que uno puedo secuestrar un avión con un cortaúñas o con una guaya de seguridad de un portátil (como la que me robaron en seguridad de el Dorado) es una estupidez. Es igual dentro de los aviones: les parece inseguro tener el espaldar del asiento reclinado, o tener una chaqueta sobre las piernas al despegar o al aterrizar, pero no les parece inseguro que en frente de la cara de uno haya todo un armazón de plástico y un LCD en el que se hundiría el rostro en caso de un siniestro. Coherentes.

Amo el viento, la lluvia a través de un cristal, el color y la forma de la dehesa en Bogotá. Me hipnotiza el roció del agua de la mollizna resbalando por las luces de stop de los automóviles en la noche. Adoro tus besos. Me encanta procrastinar. Me gusta preguntar porque es realmente satisfactorio despejar las dudas y crearse más. Amo escribir y la música y el cine que es el arte pletórico de todos los demás.

Amo el recuerdo de tus manos deshaciendo soledad.

2 comentarios:

Cicatrices dijo...

Que texto tan bonito! Concuerdo en algunas cosas que odiamos jaja un saludos !

Leticia dijo...

Vaya manera más rica de rebelar algunos de los detalles que hemos creado en la sociedad a la cual nos debemos y en la que paradojicamente nacemos , crecemos, nos reproducimos ( si es el caso) y claro morimos. Una crítica fantástica acerca de los débiles puntos de quiebra de nuestra sociedad. Pero lo mejor me parece es poder darse cuenta y compartirlo, ahí veo la riqueza de la crítica constructiva, no sólo señalar sino crear por ejemplo espacios como este para dar en el blanco literalmente. Me encantó este breve zoom in y zoom out de situaciones reales y se puede decir cotidianas un subrayar lo incoherente de momentos del tejido social.
Y por cierto, he estado en la zona VIP del aeropuerto de México y en los aeropuertos donde la línea tenga conexiones. Jjajaja me he sentido como en un cernidor, pero eso sí, cómoda jajja un caso esta vida Nahuel. ME ENCANTÓ ESTE ESPACIO, ENRIQUECEDOR, CON LAS IDEAS DE PERSONAS CON LAS QUE CONVENGO EN MUCHO Y ARMADO POR JÓVENES QUE VAN AL FRENTE DE ESTE "CAMELLO" QUE LES HEMOS HEREDADO. PERDÓN POR LO QUE A MI TOCA, HAGO LO QUE MEJOR PUEDO DESDE MI TRINCHERA.UN PLACER LEERLOS. POR CIERTO, ME GUSTARÍA COMER PAN DE BONO CON UN CHOCOLATE EN TABOGO. UN ABRAZO, VOLVERÉ.

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